Toxicolandia Parte 2



Existen personas que en menos de 10 minutos son capaces de robar tu energía, es decir un momento te encuentras bien, llega esa persona y como arte de magia te encuentras mal.
El mal humor te acompaña en tu día y en un abrir y cerrar de ojos te encuentras repitiendo las mismas quejas y molestias de aquella persona.

A estas personas se les llama “tóxicas”. Todos alguna vez hemos convivido mucho o poco con alguien así. ¿Te has sentido agotado alguna vez cuando hablas con un amigo (a)?, ¿Cuándo terminas una conversación te sientes enfadado o desesperado?.

Las personas tóxicas conviven con el pesimismo; disfrutan de una falsa paz. Esto tiende a provocar el vampirismo psicológico, es decir estar con este tipo de personas te chupan la vida.

No podemos cambiar a las personas y a veces ni las circunstancias, pero si podemos cambiar la actitud ante esas personas y circunstancias.

Sé selectivo; piensa: ¿Quién te sofoca? ¿Quién roba tu energía? ¿Quién te molesta? . Y si es posible aléjate de esa persona.

Cambia positivamente: Si te es imposible alejarte de esa persona; rodéate de personas positivas en tu vida. Ayuda a otros. Forma parte de voluntariados. Al momento de convivir con personas que sus palabras son de agradecimiento en vez de quejas, tu mundo cambia y esas vibraciones positivas llegan a ti y a su vez las conduces a la persona negativa, y de alguna forma ella puede cambiar.

No al victimismo: Abandonar la autointoxicación, ese diálogo interior que repite una y otra vez los mismos mensajes negativos sin ofrecer nunca una salida.

Ahora te escribiré los tipos de personas tóxicas que el autor Stamateas explica en su libro “Gente Tóxica”:

Mete culpas: La culpa es uno de los sentimientos más paralizadores que hay, hace que nos detengamos en la búsqueda de nuestras metas. Este tipo de gente tóxica siempre traslada un mensaje: "No eres lo bastante bueno", "tú me haces ser así" o "me sacas de quicio".

Envidioso: Siempre trata de buscar aliados. Hablará con otros para envenenarlos porque su objetivo es boicotear cada uno de tus proyectos. El que calumnia, probablemente, no puede tener el mismo brillo que tú.

Descalificador: Su objetivo es controlar nuestra autoestima, hacernos sentir nada ante los demás para que él o ella pueda brillar y ser el centro de atención.

Agresivo verbal: Los gritos, las contestaciones agresivas y fuera de lugar son sus armas para hacer a la otra persona sentirse incapaz, débil e insegura. Su objetivo es despertar miedo a su alrededor para ser respetado.

El psicópata: Muestran una imagen que no se corresponde con su interior. Son tus 'amigos' mientras les sirves para conseguir sus propósitos. Una vez alcanzados te desechan y te tratan como si no te conocieran. Siempre se ofenden por todo. Hablan mal de todo el mundo. Son resentidos y amargados, y nadie puede sugerirles nada. Se muestran incapaces de detectar el sufrimiento humano.

El chismoso: Hay un aforismo que dice "no todos repiten los chismes que oyen, algunos los mejoran". Este tipo de persona difunde rumores de manera constante para menoscabar tu imagen. Los rumores tienden a simplificarse en una única idea para hacerla asimilable por la masa. Busca notoriedad y hacer aliados.

El quejoso: Se lamenta todo el tiempo: "Su discurso le ata más al pasado y a la dificultad". Es dependiente y espera a que el otro resuelva sus problemas. Tiene una mente cerrada, duda de todo y no tienen metas. La diferencia es que son seres tóxicos para sí mismos y para los demás.

En ocasiones, sobre todo cuando las consecuencias de escuchar o convivir con estas personas afectan a la salud, hay que abandonar las situaciones contaminantes. Un amigo o una compañera que le repites constantemente como salir adelante y se queda en el hoyo, siempre quejándose, hay que abandonar esa situación. Porque a veces, para sobrevivir en un entorno tóxico, hay que convertirse en un ser tóxico. Y eso puede ser un precio muy alto.

Marcela Cinta
Twitter: @marcelacinta

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