Japa Mala.




Mientras pienso que escribir en la sala de espera del aeropuerto, observaba a mi alrededor cada una de las personas. Sin duda lo que estuvieran haciendo o pensando no me incumbe en lo absoluto, pero de algo estoy segura en algún momento la mayoría pidieron llegar sanas y salvas a su destino.

Ahora en el vuelo rumbo al Distrito Federal, empiezo a escribir esta columna. En los cielos, en un vuelo como cualquier otro, es cuando observas que tan pequeño se ve el mundo, tan solo unas hormigas lejanas viviendo cada quien su vida y su mundo; mas sin embargo cada persona aporta su energía y vida a la salud del mundo.

No soy muy devota de la religión, pero siempre eh sido muy creyente de una energía grande, de alguien que nos observa de cerca, yo lo llamo DIOS. El Dios en quien creo, es un Dios que les gusta la gente genial. Lo anterior me lo mencionó un buen amigo, exactamente fueron las siguientes palabras –No te preocupes, te va a ir muy bien en la vida, eres genial y Dios ama a las personas geniales-.

Me alegra saber que aportamos algo al universo de otra persona, creo que somos energía y como energía debemos de estar en paz con nosotros mismos para que los demás también se encuentren en paz.

El Dios en que creo no tiene que ver con cierta religión, de hecho creo que es el mismo llamado en diversas maneras pero es el mismo;  y que todas religiones se aportan entre sí; como los japa malas.
 
Una vez leí sobre ellos. En la India los devotos como los budistas entre otros, usan desde hace siglos y décadas un collar que se sostiene con la mano, esto para mantenerse concentrados en sus meditaciones religiosas. El collar tiene 108 cuencas; en la filosofía oriental el número 108 se considera el más afortunado. Se toca una cuenca cada vez que se repite un mantra.

Lo maravilloso de esto es que en la Edad Media, en los tiempos de los cruzados y las guerras santas, cuando estos llegaron a Oriente y vieron a los devotos rezar y meditar con sus japa malas se fascinaron y, llevaron la creación a Europa, en donde tomó forma de lo que hoy conocemos como rosario.

En cualquier forma, como rosario o como japa mala, tiene la misma función, estar en contacto con un ser supremo.

Ahora puedes comprender amigo lector, que todas las religiones se aportan entre sí.  Existe un dicho que dice “de política y de religión nunca terminas de hablar”. Pero si cada uno de nosotros respetamos la creencias de otros, así como también vivimos como un solo ser, la salud del mundo mejoraría.

Y al final de este vuelo, la mayoría de las personas que puedo visualizar, se persignaron y puedo apostar que otras tantas dieron gracias por llegar bien.

 Marcela Cinta
Twitter: @marcelacinta

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