El descanso.



-Imagina que eres una máquina expendedora de energía y que, a lo largo del día recibes muchos pedidos- comentaba Gaby Vargas la primera vez que la escuche en vivo – Tu pareja, tus hijos, tu familia, tu jefe, tus amigos, tus compañeros, todos introducen monedas y, de distintos modos, te dicen o exigen : ¡necesitamos energía!. Cuando sienten que la maquina no les proporciona lo que piden, es probable que le peguen de manotazos y exijan su dinero de regreso.
Llega el momento en que tu cuerpo te grita tiempo fuera, pero tienes miedo en escucharlo. Existe una etapa en la que deseas comer el mundo entero; crees que puedes hacer todo si tan solo te organizas, o si sacrificas tu vida social, o los entrenamientos en el gimnasio, y ¿por qué no?  si también sacrificas las horas para dormir. Ese momento nos ha llegado a todos, posiblemente en nuestra cabecita nos imaginamos que el día siguiente se acabara la vida,  o algo parecido, digo, por la urgencia que tenemos por hacer todo al mismo tiempo.
En esta etapa, no sabemos distinguir la prioridades de las que no lo son, y nos comprometemos a un sin fin de cosas.
Un día el cuerpo, el tiempo, el humor, los amigos, el trabajo, la familia, tu pareja llegan a entrar en conflicto contigo, y es ahí, (si eres inteligente para detectarlo), donde caes en la cuenta que algo esta fallando. En ese caso tienes dos caminos a seguir: seguir igual y no hacer nada, o, prepararte psicológicamente para sentarte solo, y reflexionar de las prioridades de tu vida y las que pueden esperar.
Eso se llama madures mental, pasas de una etapa en la que siempre dices sí a todo, a otra que deseas realizar tus sueños paso por paso sin afectar los círculos de tu vida indispensables, con paciencia y dedicación. La segunda etapa la llamo “el descanso”; donde te preocupas más por ti, que por los demás, sin ser egoísta.  Las personas te van a criticar, tus amigos (o quienes creías tus amigos) te van a rechazar y hasta molestarse, tu jefe se va a desilusionar, tu pareja exigirá que siga siendo el centro de atención; pero si ya decidiste escribir la historia de tu vida, no dejes que nadie tome la pluma.
Confieso que hace poco viví algo muy parecido; un día me sobrepasaba todo, y decidí prestar atención a lo que había trabajado tanto y tantos años. Así que decidí tomar un descanso, trabajar en mis prioridades y regresar, con el conocimiento que no debo de exigir tanto de mí y, también no dar más de lo que no puedo sostener mucho tiempo.
Si las personas empiezan a dar de manotazos a la maquina que expide energía, para exigir explicación de tus rescisiones recuerda algo: No vivas dando tantas explicaciones, tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden. Eres dueño de tu vida y tienes derecho a decidir por ti qué hacer y qué decir en el momento que quieras; si te equivocas, aprenderás de esa "mala" experiencia; si te sale bien, le sacarás provecho y lo disfrutarás. Lo importante es que nunca dejes de ser tu mismo por conformar a los demás.

Marcela Cinta
Twitter: @marcelacinta
Marcela.cintadelag@gmail.com

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