Errores...

En la vida, aparte de la muerte, hay otras cosas que son seguras que pasarán.

No importa cuanto lo intentes, no importa cuanto pelees para evitarlo, en la vida siempre vas a cometer errores.

Aunque las intenciones sean las mejores, y te esmeres en hacer el menor daño posible, vas a cometer errores y otras veces más, vas a dañar a las personas.

No podemos evitarlo, es una ley cíclica de la vida. 

Cometeremos errores, lastimaremos a las personas y otras más nos lastimaran a nosotros. 

Existe una línea delgada entre quien nos lástima y quien elegimos  que lo haga.

Existe otra entré vivir atormentados en ese error o tener la fortuna de olvidar sin volver a caer.

Las heridas del pasado no se olvidan, siempre queda una cicatriz que hace recordar.

El punto que debemos de llegar es sanar completamente y no volver a caer en el hoyo.

Sin el perdón las cuentas nunca se pueden ajustar, sólo podemos elegir entre seguir viviendo con nuestro paquete completo del como somos  o tratar de sobrevivir en la jungla llamada vida.

 Vamos por la vida tropezando unos con otros, a veces hiriéndonos a nosotros mismos y a veces a los demás.

El problema es encontrar la forma de remediar el daño que nos han hecho o hemos hecho, aunque a veces no sepamos de ellos. 

Hasta la mejor de las personas toma malas decisiones, decisiones que después de segundos no eran las correctas, pero el hecho de que una persona tome decisiones malas y precipitadas no significa que sea mala persona.

La vida es una verdadera exquisitez, con su propia ley llamada karma, por donde sea, apesta. Lanzamos piedras que nos golpean en la nuca.

Tomar la consciencia de perdonarnos por nuestros errores, antes de que alguien más lo haga, tendremos más oportunidad para que la balanza de la vida y de su karma este de nuestro lado.

El pasado es el fiel amante de las pesadillas nocturnas, y el futuro el compañero de habitación del miedo.

A veces sólo necesitamos fluir y tratar de hacer lo mejor posible, aún cuando sabemos que cometeremos errores.