El secreto de Benjamín Franklin y Einstein.

Alguna vez escuche de la voz de un excelente y maravilloso cantautor: El secreto de Einstein, era seguir a las cabezas más altas que la suya. O tal vez tú has escuchado por parte de tus padres o abuelos, “dime con quien andas y te diré quien eres”.

Lo anterior ayudó mucho a Einstein y a otros más, como por ejemplo, a uno de los mayores personajes, de gran importancia en nuestro país vecino, Estados Unidos, el político científico e inventor Benjamín Franklin.  El gran secreto de por que se convirtieron en grandes mentes de su época, sin restar importancia a su excelente coeficiente intelectual, fueron sus relaciones.

Personas grandes con los cuales compartían su vida, sus pensamientos, debates, ideas y conocimientos. Platicas constructivas y poderosas,  lograron posicionarlos en la historia.

¿Quieres saber porque estoy convencida de ello? , a la corta edad de veintiún años, Franklin fundó un grupo llamado “Junto”, él lo describió como un  “club de mejoramiento mutuo”, este mismo integrado por la mayoría de sus inteligentes e ingeniosos amigos. El club originalmente incluía artesanos, impresores, agrimensores, un comerciante y un secretario. El club “Junto”, se reunía los días viernes, y las reglas que redactó Benjamín,  ordenaba que cada miembro, en su turno, debía formular una ó mas preguntas sobre cualquier tema de moral, filosofía natural o político, para que todos los integrantes del club lo discutieran. Además, que una vez cada tres meses cada uno debía redactar un ensayo de su propia autoría sobre cualquier tema que desearan  y exponerlo. El club “Junto” creció hasta convertirse en la Sociedad Filosófica de Norteamérica que existe actualmente.

Los inventos y el desarrollo mental de Benjamín Franklin y de los integrantes del club, se debe al efecto de que la inteligencia o el impulso por aprender se contagian, es decir se transmite.

En el trayecto de la vida encontraremos, conoceremos, tendremos, alguna relación, corta, de mediano plazo o duradera, con personas de todo tipo, normalmente aquellas que tengamos algo en común.  Pero que estas personas a las que alguna vez les llamaremos amigos, sean inteligentes y positivas, antes de ignorantes o conflictivos. Ignorantes no me refiero a despreciar a alguien que no ha tenido la posibilidad de estudiar algo, ignorante describo aquel que ignora de la vida, de lo bueno, de lo saludable, lo gentil, bondadoso y pacifico.  Preferir compañeros de vida y camino, amistades duraderas, las que desean superarse en cualquier ámbito de vida, personas con grandes conocimientos, sonrisas, alegrías, que desean aprender y explorar, compartir ese saber con alguien mas y recibir sabiduría. Esas son las amistades que debemos procurar, una amistad que impulse a ser mejor persona, nunca peor. Aquella que sonría con tus triunfos y entristezca en tus derrotas. Y sobre todo, ser una amistad inteligente y positiva, dar para recibir, ser paz para vivir en paz, ser amor para vivir en amor, ser armonía para recibir armonía, ser amigo para encontrar a un amigo.

Y como una vez me dijo mi madre, y lo entiendo con Albert Einstein y Benjamin Franklin, “dime con quien andas, y te diré quien eres”. Recuerda siempre el secreto de ellos, te servirá en el transcurso de la vida.


Marcela Cinta
Twitter: @marcelacinta

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