¿Qué espero yo de mi?




Las personas siempre esperan algo de nosotros: una sonrisa, un donativo, unas palabras de aliento, liderazgo, suerte, amor, llanto, un grito, algo, lo que sea, pero algo.

Ese algo tiene una trampa, siempre viene con aparejada ejecución de las letras pequeñas del contrato: aquellas que estabas seguro que leísta, pero nadie te comentó que había más pequeñitas. Siempre esperan algo de ti conforme a las expectativas de los demás, que si no las cumples, suele estallar la dinamita (marca Acme).

La realidad es que nos esmeramos tanto en dar lo que todos esperan, y conforme a las reglas marcadas en el contrato; a veces olvidamos algo simple, sencillo, al punto, directo a la yugular ¿Qué espero YO de Mi?

¿Realmente lo que estás haciendo te está dejando satisfecho? ¿Te levantas cada mañana y dices: sí, esto es lo que esperaba de mi?

¿Cuándo te piden hacer algo sientes una presión en el pecho que te indica que no es lo que quieres hacer?

Hoy mírate al espejo, observa cada arruga, cada cicatriz, ¿Sonríes? O ¿ves a una persona triste? o ¿Realmente no te puedes ver al espejo?

Cada año antes de cumplir años siempre me pregunto ¿Estoy haciendo lo que realmente espero hacer? ¿Estoy dónde quiero estar a esta edad?

Somos como porcelana, es imposible pasar por vida sin hacer daño, sin que nos hagan daño, si bien es cierto sabemos que nos hace daño y elegimos a quien dañar o no, a veces el dolor es inevitable pero ¿qué pasa cuándo elijes sufrir en vez de hacer sufrir a alguien más?

Tener los ojos abiertos, las ideas centradas, el corazón de hierro, la sinceridad como lenguaje y la bondad como segundo lema; esa es la clave para hacer lo que esperas de ti y no dañar de la forma incorrecta a los demás. Esto para que al final de tus días estés más feliz contigo mismo que decepcionado por lo que hiciste u omitiste.




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