¿Cómo saber cuándo es suficiente?
Estamos tan
acostumbrados a algo, que a veces es imposible pensar vivir sin ello (aunque nos dañe). Es un poco
trastornante, sabes, saber que algo nos daña sin embargo engañarnos que pronto
las cosas mejorarán.
El cuerpo es
sabio la mayoría de las veces, el corazón más y el estomago, diría yo, es el
consejero ideal. La mente suele distorsionar realidades, pero cuando el
estomago se revuelve y sentimos una presión en el pecho es que algo va mal en
mal.
Esto aplica en la vida diaria, en cada
decisión que es tomada, en cada día que te levantas y decides seguir haciendo
lo mismo que hace que tu estomago se sienta enfermo o tu corazón sienta que te
oprime; otras veces son las personas que nos rodean, estamos convencidos que
serán lo mejor si seguimos. Pensamos que no podemos contra el cambio, sin
embargo ese cambio a que tanto le tememos llega de un golpe, sin avisar, nos va
a estrujar y nos tomará de sorpresa, no estaremos preparados, pues para los
cambios nunca lo estamos.
¿Cómo saber
cuándo es suficiente?, es una gran pregunta que pasa por muchas cabezas.
Siempre que sentimos aquel dolor en el estomago y pecho, siempre cuando
deseamos algo más, cuando nos imaginamos en otra situación, cuando soñamos en
otra realidad, es el momento de saber que es suficiente, muy claro y preciso.
El problema llega cuando lo sabemos y no hacemos nada. ¿Estás dispuesto aceptar
el cambio por tu felicidad? Sufrimos el
síndrome de la felicidad aplazada; lo aplazamos todo creyendo que el sacrificio
nos beneficiará en un futuro, cuando no es así. Aplazamos momentos, aceptamos
verdugos y amos que nos esclavizan en su propia infelicidad, (personas,
trabajos, sentimientos, situaciones, pasados, errores). Debemos de parar, levantarnos y decir “Es
suficiente”, y si en este momento vienen imágenes de aquello que sientes que
debe de tener un cambio, es señal de que debes hacerlo. Es momento de decir es suficiente…

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