La enfermedad del escritor…



Un pintor se enfrenta con un lienzo y pinturas esperando a usar; un músico con notas y letras que no logran crear la melodía que los llene de emoción. Un escritor sufre su propia enfermedad: La Hoja en blanco.

Y es que cada día es más rápido que el anterior; hacemos tantas actividades que el escribir queda rezagado al fondo de la consciencia; es decir la letras se escapan, se mezclan con situaciones diarias, como lavarse lo dientes, bañarse o comer. No se sabe cuándo regresarán de forma espontánea, esporádica  y  sin esfuerzo.
A veces la música ayuda, otras veces lo que se necesita es huir de todo, el ruido, la ciudad, la vida, la muerte, el miedo, el dolor, la alegría; instalarte en un estado mental llamado limbo; imagina una un gran muro blanco, eres tu el único en la habitación tan clínica y limpia, tienes miles de distintos colores a tus pies que usar, ¿cuál COLOR erigirías primero?  Yo elegí rojo anaranjado quemado.

Así al escribir, pon todas las palabras a tus pies, como imanes para pegar en el refrigerador, ¿Cuál elegirías? Yo elegí estrella.

La Hoja en Blanco: la enfermedad del escritor, certera, mortal, venenosa que lentamente afecta a todo el cuerpo, sin pensar, sin saber. Tenemos que huir de ella, tenemos que buscar el antídoto para revivir, lo peor, cada año es uno distinto.

¿Mi antídoto? Éste año aún no lo he descubierto; y ha llegado el momento de hacerlo.











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