Reflexiones de mi viejo ser...




De pronto desperté, miré la mesa de mi escritorio y ahí estaban los libros sin leer, más al fondo se encontraban los cuadros sin pintar y las hojas sin llenar.
Me levanté y el espejo observé, ya no era la misma piel, los ojos eran cansados y la mirada desviada. Parecía ausente pero me encontraba tan presente. Las arrugas se hacían ver, y un montón de canas invadían mi cabello, que hace un tiempo negro fue. 

Pero YO también estaba ahí, en la cama descansando, con años menos y más joven. Dormía tranquilamente, dormía en medio de los libros nuevos y las hojas blancas, de fotografías de sueños y metas acabadas. Dormía en un desierto de esperanzas y sabiendo que el tiempo pasaba. Dormía enamorado de la vida y la vida enamorada de mi juventud. Dormía con fracasos que me esperaban y errores marcados con el edad. Pero aún así dormía sin despertar, sin mover las pestañas siquiera. 

No sabía cuanto tiempo había ocurrido, ni como había llegado ahí, no sabía cual era objetivo, pero sabía que los años habían pasado y que ya no era el mismo de antaño. Que ese joven era yo y ese viejo en el espejo también. Que era mi pasado y mi futuro y que el presente se había marchado. Que la lunas de otoño se habían acabado y los soles del invierno habían llegado.

Recuerdo esos libros que yacen en mi ahora/antigua habitación, nunca los leí, recuerdo esas películas que nunca vi, recuerdo aquella bicicleta que ahora observo tirada en la habitación que nunca llegue a usar, recuerdo esas pijamas que ahora mi joven yo lleva y que nunca las desee llevar. 


Veo el celular, las llamadas de amigos sin contestar, mensajes ignorados al azar, amigos que ahora ya no están y que extraño tanto que no puedo evitar llorar. 

Ahora lo recuerdo; me siento a un lado del joven que fui, quien reposa tranquilamente sin saber que yo soy él, que él es yo. 

Observo los recortes de revistas de viajes que nunca realicé por miedo a perder. Proyectos hechos a medias, que bien sé que no los formalicé por miedo a fracasar. Y ahí en el repisa se encuentra la fotografía de lo que fue mi amor, que al pasar los años espanté por miedo a lo que nunca fue. 


Ahora me veo y observo como los años pasaron y estoy lamentando cada paso perdido, cada año Ignorado, cada deseo desperdiciado y cada sueño aniquilado por voces ajenas.
Ahora quiero pensar ¿qué fue lo que paso?.  No se sí fue la desidia, la voluntad, el miedo o la pereza , la falta de valentía o la insensibilidad. Pero olvidé lo que mis manos amaban pintar, lo que mi mente adoraba crear, olvidé lo que mis ojos disfrutaban leer lo que mi lengua comer, olvidé lo que mi espíritu me pedía vivir, lo que mi alma me solicitaba descansar. 

Olvidé vivir, olvidé sentir y olvidé respirar, olvidé que el ego de demostrarle todo a los demás no lleva nada bueno y que la vida era para mi y sólo para mi. Que las expectativas de los demás no deben llenar las mías y que estas canas que pronto terminarán, se van recordando que lo pude hacer y nada pude perder. 

Pero soy bueno conmigo ahora, por ello tomo un cuadro de mi habitación pasada y tomo los colores que mi joven yo ha cambiado por cosas vanas, que no le llenan la vida ni los sentidos, y escribo:

VIVE tu vida, de tal manera que no te veas llorando el tiempo que perdiste.

Regreso de donde vine, ya que esto es un sueño y  cuando despierte sabré de mis arrepentimientos, tal vez en mi testaruda juventud ignoraré el cuadro que dibuje, pero si puedo dejar una semilla, que germine un día, ese día estaré salvado.



Image and video hosting by TinyPic

Comentarios