Una corta historia de amor

Eran muy jóvenes cuando cayeron en el abismo del enamoramiento. La primera etapa de los sueños, los besos y los versos era latente.
Los meses transcurrieron y ella demostró quien era y él simplemente decidió actuar su mejor personaje: el de sí mismo.

Los pleitos iniciaron, ella veía películas románticas lloraba y decía: ¿Por qué no eres así?  Él al contrario hacía su esfuerzo para mantenerla feliz, pero la rutina diaria era la distracción para conservar una acaramelada comunicación entre los jóvenes enamorados; simplemente ya no era el perfecto novio romántico.  La joven lo observó imperfecto como era y él le llegó la desesperación y el desamor.
El enamoramiento desapareció, la magia se desvaneció de un golpe y entre sollozos y uno que otro grito la última página de la tierna historia se escribió. Los caminos se separaron. Ella habla y dice que él no era romántico como cuando lo conoció, la dejo de amar. Él habla y dice que las mujeres están locas, ¿Quién las entiende? ¿Qué quería de mí?. Los dos hablan y dicen que no hubo la historia de amor tal como la esperaban.  Ahora  ya no son ni amigos.

“Algunas historias de amor no son novelas épicas, algunas son cortas, pero no por eso tienen menos amor” (Película Sex and the City). Esto lo leí hace un momento y de pronto mi cabeza empezó a pensar (también suelo pensar).Cualquier parecido con alguna persona o personas que conozcas  es mucha coincidencia.
Solemos creer que si la persona no escribe, habla o actúa como nuestra pequeña cabecita imagina no nos ama (digo, cada quien ama como puede y sabe).
Por más que quiero encontrar una historia de amor donde todo es perfecto y que contenga una dosis pura de una novela romántica clásica e imponente, nunca la he escuchado sin que haya dificultades de personalidad cambiante de cada uno.  Después caminamos profesando que nunca hubo amor.
Sin embargo es difícil saber si lo hubo o no. Mientras abrimos otro libro, con otra historia de romance fugaz, fallido o permanente, debemos saber que mucho o poco al fin de cuentas es amor (o una especie de amor). Podemos terminar relaciones e iniciar otras, o querer acabar con ellas y al día siguiente darte cuenta que es la persona indicada para ti, aunque a veces no se entiendan.
Lo cierto es que al final del día, cuando todo termina, lo que deseamos es estar con alguien. Así que tenemos que elegir con quien queramos y anhelemos estar. No importa que problemas pasen, una historia de amor siempre será corta cuando no están dispuestos. Ya que la persona que vale la pena es aquella que sigue contigo al final del día (difícil, tranquilo o un loco y desquiciado  día), y esa es por la que vale la pena luchar y eliminar todos nuestros conflictos mentales e imaginativos para que no termine como otra corta historia de amor.


Marce Cinta
Twitter: @marcelacinta

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