Mi problema

Tengo un pequeño problema  respiratorio,  y es que no respiro como la gente normal. Es un tormento vivir en una ciudad donde la temperatura alcanza los 40 grados centígrados y por la noche los 30 y tantos; y no puedo dormir con airé acondicionado, lavado o cualquier cosa que se le parezca, amanezco totalmente constipada, con gripa y un tanto mocosa. 

Así opté por comprar ventiladores. Compre uno de piso grande, suficiente para mi sola, ya que funciona muy bien y no sufro de calor y sobre todo no me desvelo por la noche con mi nariz rara. 

El detalle fue esta madrugada; alguna de mis gatas o mi perra aventó desde donde estaba, ¿cómo? No se, es más pesado que ellas. Me desperté por el ruido,  el calor me hizo ponerme de pie y volver a colocarlo. Oh sorpresa , el ventilador ya no funcionaba. 

Tenía tres opciones:

Volver a la cama y morir de calor, 

Ir a la recámara fresca de mi madre a dormir incomoda con la  nariz tapada y en una cama que no me gusta para nada, 

o 

Indagar en el ventilador y ver que fue lo que se averió y tratar de componer.

Escogí la tres. Así que pase 25 min tratando de abrir el ventilador. Mi madre siempre me decía que para hacer algo siempre me tenía a mi misma, no necesitaba a nadie mas. Es por ello que lo que puedo arreglar lo hago. 

Tal vez así sean con los problemas. Pasamos por adversidades y tenemos diversas opciones, tirarnos a quejarnos mientras morimos de calor, optar por algo incómodo y dañino para nosotros o sacrificar algún tiempo buscando una solución: pensando, analizando, observando y ejecutando.  Al principio muchos te dirán que hacer, uno que otro tratara de resolverlo, un afortunado tal vez lo resolverá, pero al final si no lo haces tu sola jamás aprenderás. 

Total algo que pensé que sería el inicio de una noche muy larga arreglando el ventilador, solamente era un aspa atorada y mal colocada, me costo 5 segundos arreglarla y para mi sorpresa funciona mejor. 

Nada siempre será lo que parece, es mejor arriesgarte. 

¡Bonjour!

Marce Cinta