Televisión para “Jodidos”
“México es un país de una clase modesta muy
jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación
llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro
difícil.”
Fueron las palabras de Emilio Azcárraga
Milmo, pronunciadas el 10 de febrero de 1993. Su discurso fue improvisado. Se
celebraba el éxito de la telenovela Los Ricos También Lloran que catapultó a la
fama internacional a Verónica Castro. El Tigre andaba feliz y se puso sincero.
Estamos en una revolución de multimedia.
El hombre ha evolucionado y transformado de ser un homo sapiens a un actual homo
videns como nos cataloga Giovanni Sartori. Sartori advierte: un mundo
concentrado sólo en el hecho de ver es un mundo estúpido. El homo sapiens, un ser caracterizado por la reflexión, por su
capacidad para generar abstracciones, se está convirtiendo en un homo videns, una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende.
La televisión actual estimula la
violencia, informa poco y mal, y nos establece en una cultura regresiva. La información que llega a nosotros de
primera mano, en vez de transformar la masa en energía, produce todavía más
masa.
Si bien es cierto, la televisión se
caracteriza por entretener, relajar y divertir, pero qué pasa cuando los
límites de entretenimiento y diversión sobre pasa la humillación, contenido
burdo y patético, cuando la exposición del sexismo, del abuso y burla a las
mujeres, hombres, niños y personas de tercera edad, nos ahoga en la ignorancia.
Es fácil dividir opiniones estableciendo
que la persona que se encuentra en desacuerdo cambie de canal, pero acaso
¿dejaremos a niños que no tienen el poder de discernir qué está bien o mal y seguir absorbiendo como esponjas estos contenidos?
Tenemos el modelo de una televisión
hipercomercializada, orientada sólo al entretenimiento de baja calidad, bajo
costo y alta ganancia, el espejismo del rating es sólo una justificación para
la vulgaridad.
Los canales locales han caído en un
retroceso cultural. Los altos directivos tal vez piensan que hacen tv para
“gente jodida” para sacarnos de nuestra “realidad”, de un país dominado por el
crimen organizado, por gobernantes poco preparados, por un presidente producto
de una telenovela, mientras intentan justificar que su contenido es el reflejo
de una sociedad ya perdida.
Nací en Monterrey, y toda mi vida he
estado aquí. Mi amor a mi tierra es muy grande, una ciudad fundada por grandes
colosos de la industria, por visionarios, por personas que trabajan de amanecer
hasta el anochecer, de personas inteligentes, de personas que apuestan por la
educación, por libros y programas con alto contenido antes de lo que tenemos
hoy en día.
Está claro que los canales locales
quieren convertir parásitos mentales para seguir enriqueciéndose; nos toman por
idiotas y por lo visto saben que la peor arma contra ellos y el gobierno es una
sociedad informada.
Exigir el cambio de contenido, por
respeto, por dignidad evitará crear niños que crezcan pensando que el cuerpo de
una mujer sólo es un objeto sexual. Evitará que niños piensen que insultar y
humillar es algo normal y que al paso de los años nosotros o nuestros hijos
sean víctimas de estos. Evitará que su pensamiento sea ser famoso sin el mínimo
esfuerzo a costa de otros.
Lo que vemos, lo que leemos, lo que
aprendemos día con día, las personas que nos rodean, nos convierte en un ser
preparado o no para la competencia global. La cultura local no es sólo su
música, los lugares en dónde podemos aprender (que está claro que en Nuevo León
carecemos de lugares con gran cultura y de buen esparcimiento), su comida, sus
parques, si no también su contenido televisivo. ¿Este contenido nos llevará a
competir de forma internacional?
La televisión produce imágenes y anula
conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella
toda nuestra capacidad de entender. Gracias a estos contenidos, hemos entrado
en crisis, una crisis de pérdida de conocimiento y de capacidad de saber.
¿Vamos aceptar que nos cataloguen como “jodidos”? o ¿Vamos a unirnos, levantar
la voz y exigir que se nos trate como lo que somos: personas inteligentes y capaz de decidir que información queremos que transmitan?

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