Tocando Fondo


¿Alguna vez tocaste el fondo de una alberca? o ¿Fuiste arrastrad@ por una ola al fondo del mar hasta que tus rodillas golpearon en la arena? 

Existe algo en el fondo del agua, existe algo en el agua que calma, que te hace respirar, exhalar profundo y sentir el oxígeno. 

Cuando tenía tal vez unos 12 o 13 años, lo cierto es que no recuerdo mucho la fecha, pero por esa edad, cada domingo íbamos a casa de mi tía de cariño Rosy. Tenía una alberca de un poco más de dos metros de profundidad, (o tal vez divago un poco y era menos). No tenía miedo de lanzarme del trampolín, amaba esa sensación de entrar al agua fría, la presión que hacia en mi cuerpo y tocar el fondo con mis pies para después empujarme de nuevo hacia arriba y salir y volverlo hacer. 

Tocar el fondo siempre es una sensación agradable. Lo que no lo es, es quedarte sin empujar hacia arriba para salir de nuevo. 

Hago mis ejercicios de rehabilitación en la alberca y cuando llego a la parte de las sentadillas siento como mi mente se desprende de cualquier pensamiento, de cualquier situación que este viviendo y sólo me concentro en tocar el fondo y empujarme hacía afuera. 

Me siento tan pequeña y poderosa en ese momento. Como digo, el agua da una sensación de alivio. 

Tocar fondo en la alberca o en la orilla del mar, es como hacerlo en la vida diaria. No importa tocar fondo, lo que importa en qué estás pensando y tener la fuerza de volver a empujarte hacia arriba. Dejarte llevar, dejar fluir, a veces (como en el fondo del agua) es mejor no pensar y sólo avanzar. 

Nada es inusual cuando te encuentras en el fondo, y no hablo del agua. Los extraños de pronto son amigos, y la vista de tu ventana se vuelve un poco estrecha. 
                                              

He estado pensando mucho en la depresión, en la tristeza, esto a raíz de la muerte del actor Robin Williams. He estado pensando en tocar fondo, en no poder salir de ahí, de no tener fuerzas para empujarte hacía arriba, de no poder tomar otro suspiro, de no exhalar para tranquilizarte, de no desear avanzar más, de no nadar para sobrevivir.  Sus razones habrá tenido él. 

Existe una canción realmente triste, que uso para inspirarme cuando escribo el borrador de mi libro; Damien Rice- 9 crimes. Pienso que todos somos canciones, todos hacemos música, todos aportamos una nota, una melodía y alguien que se encuentra en el fondo, con la tristeza andando, pienso que es esa canción. Pero cuando tocas el agua, ves una fuente, escuchas el río dejas de pensar en música y sólo te detienes a oír ese sonido que envuelve el pensamiento. 

Cuando estoy en el agua estoy en un lugar neutro, no pienso en canciones, en problemas, en soluciones, pienso en números, 1 levantada de pierna, 2 levantada de pierna, 3 levantada de pierna. He escuchado que nada bueno sacas de pensar tanto en un problema, diría mi jefe -¿tiene solución? si la respuesta es sí él dice: ¿para qué te preocupas?, si la respuesta es no él dice: ¿para qué te preocupas?

Todos hemos tocado fondo en algo, a veces llega como un pequeño momento que pasa rápido y sin dolor, como cuando brincaba de niña en el trampolín, otras veces llega como una ola violenta y te arrastra hacía él, sales un poco lastimado, raspado, asustado, pero sales, al final lo que cuenta es que sepas empujarte hacía arriba para seguir respirando. 

Comentarios