Supervivencia modo adulto



Muchos desconocen que el ojo humano tiene un punto ciego en su campo de visión. Así que básicamente estamos ciegos para ciertas escenas en el mundo.
Luego de pensar severamente, caigo en la conclusión de que realmente nadie sabe lo que está haciendo con su vida. De niños esperábamos tener 18 para sentirnos importantes y no ser llamados adolescentes, ciertas veces anhelábamos eso que muchos adultos mostraban al mundo: seguridad, poder, familia.
Entonces de pronto dejamos atrás lo vivido, nuestra casa, algunos amigos, si no es que todos, para formar nuevas vivencias, un nuevo hogar; de vez en cuando las mismas circunstancias naturales de la vida nos fuerzan a convertirnos en adulto más temprano.
“Maduramos”, envejecemos, inevitablemente te conviertes en un adulto, sólo para percatarnos  que en realidad el sueño de la vida adulta es solo un mito.
Todos somos unos niños con mejores juguetes, corriendo en diferentes direcciones tratando desesperadamente de encajar, de acoplarse a nuevos adultos, a nuevas rutinas, a juegos más crueles, a veces mucho más divertidos, pero más riesgosos, demostrar impacientemente que en esta nueva etapa de adulto tienes más éxito que 10 años atrás. La realidad entra sigilosamente a nuestra vida, nos dicen indirectamente que la clave de la supervivencia está en negar, negar el cansancio, negar que buscamos consuelos, negar que tenemos miedo, negar que deseamos el éxito, por sobre todo y lo más importante, negar que negamos.
La clave de la supervivencia algunas veces está en mentirnos y disfrazar el dolor consecuencia de las heridas que otras personas, éxitos, fracasos, y falsas expectativas hacen en nosotros, levantar la cabeza y jugar a ser adulto, demostrar una madurez que jamás llegará y decir que puedes perdonar, que puedes seguir luchando, que puedes ilusionarte de nuevo; pero internamente sabemos que las cosas nunca son como antes.
Aun nos esperanzamos contra toda lógica, contra todo lo que la experiencia nos dice. Como niños seguimos guardando esperanzas.
Tal vez por ello, existe una parte del mundo para la que estamos literalmente ciegos. Tal vez este punto ciego nos protege de cosas que debemos ignorar, tal vez es un regalo de en vez de una debilidad. Tal vez este punto ciego es el que nos da los momentos más felices, y deja pasar momentos que nos puede derrotar. En lo que se refiere a los puntos ciegos, nuestro cerebro quizá está protegiéndonos para seguir albergando esa esperanza infantil y seguir en nuestro modo de supervivencia natural de la vida adulta sin tantos daños colaterales.  







Comentarios