Somos un instante en el Universo





Cuando era niña, me acostaba en el cofre de los carros y miraba hacía el cielo, hacía los pequeños puntos brillantes que se encontraban lejos de donde estaba.
Le pedí a mamá un telescopio para poder ver mas allá de lo que mis ojos me permitían. Ella me regaló uno pequeño, era suficiente para mi. Pude ver algunas estrellas más de cerca. Leí sobre el universo y las estrellas, las galaxias perdidas y las constelaciones nacidas.

Somos un pequeño punto azul en el espacio. Si tomamos en cuenta la vida de la tierra en minutos y decimos que la tierra tiene una hora de vida, nosotros la humanidad, nuestra vida en la tierra representa diez segundos en esa escala.

Casi es seguro que mi vida, simboliza sólo el tiempo que tarda una mariposa en aletear. Insignificante para las estrellas tal vez, pero el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo.
Somos pequeños instantes de segundos que pasa por esta vida. Somos instantes viviendo, sonriendo, llorando, sufriendo, soñando, creciendo. Momentos valiosos.

Es imposible pensar que nuestra vida carece de significado. Somos estrellas que mueren pero permanece su polvo en la manta enorme del universo.


Cuando adquirimos ese conocimiento sobre el infinito, sobre las inmensidades fuera de la tierra, sobre la tierra misma, y creemos que somos un milagro viviendo en un punto azul dentro de la Galaxia, dentro una vía, que es hogar de más planetas. Que este punto azul maravilloso está ubicado exactamente en un posición para que pueda recibir el calor, la luz en el momento correcto. Que este punto azul extraordinario contiene los elementos exactos para existir.

Cuando  adquieres el conocimiento inigualable, es cuando la maravilla de vida sucede. Todos los males de depresión se van, el dolor se desvanece, entonces te das cuenta, que tu vida en la tierra tiene un significado, una misión; que ese polvo de estrella que eres pertenecerá para siempre, que el simple aleteo de tu vida tendrá efecto en todo el mundo. Entonces dejas de sufrir por un trabajo que no te gusta, porque lo abandonas, por una relación tormentosa que terminas huyendo de ella; terminas por apreciar casa respiro, cada movimiento natural, el viento que entra por tu ventana, la noche estrellada y los sueños posibles.

Somos instantes en un espectacular y milagroso punto azul en el universo. Estamos hechos para dejar huella, marca, para cambiar el mundo para bien, para dejar una impresión durante generaciones. Somos un milagro llamado vida, debemos actuar como tal y empezar a vivir lo que deseamos intensamente.


Y tal vez una noche de verano, con cielo limpió, en un lugar poco contaminado, te recuestes sobre el suelo, y observarás un tapiz azul fuerte con pequeños puntos plateados en los más alto, más allá imaginarás el nacimiento de nuevas estrellas, y tal vez en se momento sentirás la grandeza que reside en ti y empezarás a estar y ser.

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