El punto de estar vivo



Dicen que la casualidad no existe. ¿A qué llamamos casualidad?  Una serie de acontecimientos que “parecen” coincidir extraordinariamente sin que uno lo comprenda.  Algunos le dicen destino.

El tiempo casi siempre está sobrevalorado. Para algunos, demasiado complejo, para otros es un teorema resuelto.
Nunca olvidaré el momento en que elegí ocuparlo de una manera, que a mi parecer, era y es correcta; aún con sus errores.  Todo sucedió por “casualidad”; siempre pensé en la muerte como algo lejano, en una época que inexistente, fría, sin sentido, sin cabida. Mi tiempo de iba en días sin sentido y en noches sin alma.  

¿En qué momento el tiempo y la casualidad se unieron? Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir. Si no prestamos atención tomamos malas decisiones y acabamos con una vida desgraciada; como la que tenía hace unos años. Una buena vida para muchos, pero desgraciada para mi.

El accidente del 06  de febrero de 2014 fue la culminación de las pistas que hasta ahora comprendo y no supe leer, ese momento marcó mi vida, perdida total del auto donde iba como la realidad en que vivía y la razón por la cual seguía ahí.

Durante 1 año me dediqué a cambiarla, a buscar la verdadera razón de estar vivo y esto es lo que humildemente he aprendido.

Aprendí que el punto de estar vivo es transformarnos en una mejor persona, ir más allá de los limites y regresar a comprender nuestro interior una y otra vez.  Leer las casualidades que están llenas de encantos y comprender nuestra dirección, cuando se aprende las lecciones es cuando el dolor desaparece, y empezamos otra etapa, abrimos la puerta a la energía del universo. 
Aprendí que creas y lanzas al mundo cierta energía y esta te será devuelta en todos los modos. El punto de estar vivo es comprender que la energía que nos lleva al destino que deseamos, pero que no proviene de quejas, de odio, negatividad, baja autoestima, de victimismo, de rencores. Aprendí que alejarnos de ello y poner un alto a situaciones y personas que proclaman como lema de existir, es lo más inteligente. Aprendí que el punto de la vida es buscar los sueños, trabajar en ellos, estos te llevarán a la verdadera alegría.

El tiempo no perdona, pero la vida nos regala las señales, las casualidades, los susurros que nos llaman a crear una vida con significado, cuando aprendamos la lección de evolucionar para que nuestras vidas alcancen su mayor esplendor, sabremos la verdadera felicidad.
El punto de estar vivo, es dejar un legado de desafíos e inspiración, entregarnos por completo a nuestros pensamientos y sentimientos, saber por que está motivado y ser responsables de nuestras intenciones. Aprendí que el punto de estar vivo es crear experiencias y no rutinas, tener una intención real y no un disfraz, después de ello, el tiempo y la casualidad se unirán para seguir mostrando el camino.

El punto de estar vivo, en palabras de Elizabeth Kübler-Ross es “hacer lo que en verdad nos importe… sólo así podremos bendecir la vida cuando la muerte esté cerca”

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